Agradecimiento al público de Buenos Aires
con motivo de la
presentación de "Mariana Pineda"
Es la tercera vez que mi queridísimo público de Buenos Aires me
hace hablar, y yo, que como todos saben, hablo por los codos en un grupo de
amigos, aquí no sé nunca qué decir. Me atrae el misterio de tanto rostro como me
mira y me siento pequeño con la timidez del hombre demasiado observado.
Por eso, y suponiendo que gracias a vuestra bondad y al cariño que me habeis
dispensado, no faltará esta noche ese vozarrón que clama desde las alturas con
desenfado de juventud, "¡que hable!" he escrito estas líneas de agradecimiento.
Yo no sé qué agradecer más a este público, al que tanto debo y que tendrá tanta
influencia en mi vida de autor.
Pero esta noche no quiero aplausos para mí; los quiero para la estupenda Lola
Membrives. Yo tengo bastante con haber visto tan admirablemente representada
esta obra de mi juventud, que me trae un olor de jazmín que tenía el huerto de
mi casa cuando la escribía.
Esto me basta, pero las flores y los corazones los quiero para Lola. ¡Salud!
13 de enero, 1934
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